En un tazón grande, mezcla la harina, la mantequilla en cubos y el azúcar glas.
Amasa la masa hasta obtener una consistencia uniforme y desmigajada.
Extiende la masa en una bandeja para hornear previamente forrada con papel pergamino.
Marca líneas con una herramienta para marcar masa o un cuchillo para formar partes iguales.
Haz agujeros en la superficie de la masa con un tenedor.
Hornea durante unos 45 minutos hasta que las galletas estén doradas.
Una vez horneadas, retira las galletas del horno y déjalas enfriar durante unos 15 minutos antes de cortarlas a lo largo de las líneas marcadas anteriormente.
Consejos:
Asegúrate de que la mantequilla esté a temperatura ambiente para obtener unas galletas doradas y crujientes.
Si lo prefieres, puedes utilizar una batidora para obtener una masa más uniforme.
Conserva las galletas enfriadas en una caja hermética para mantener su frescura y crujiente.