¿Eres amante de las flores y tienes una orquídea que tiene problemas de deshidratación y las raíces se están pudriendo? Bueno, se dice que la planta debe morir. De hecho, hay una manera de salvarla y devolverla a su antigua gloria. Primero, debes evaluar cómo están las hojas de tu orquídea: ¿están ligeramente arrugadas y suaves al tacto? Entonces tienen problemas y es necesario actuar de inmediato.
¡Orquídea con raíces secas? ¡No la tires! Aquí te explicamos cómo salvarla!
También verifica las raíces que están bajo la tierra de la orquídea; si están podridas o completamente secas, es una señal de que la planta no se está alimentando adecuadamente y corre el riesgo de morir. Pero aún no se ha dicho la última palabra. De hecho, debes saber que es posible salvarla sometiéndola a hidroterapia. ¿En qué consiste? Primero, retira la planta por completo de su tierra.
Luego, elimina las raíces que están podridas y que ya no suministran nada a la planta. Después, verifica si la orquídea todavía tiene raíces carnosas, necesarias para su rehabilitación. Ahora toma un vaso tipo cáliz de unos 10-15 cm de alto y sumerge las raíces de la planta todo el día, retirándolas por la noche y dándole así a la orquídea la oportunidad de hidratarse sin pudrirse.
Realiza este proceso durante toda una semana, después de lo cual notarás que las hojas de tu orquídea se están revitalizando. Ahora es el momento de volver a ponerla en la maceta. Se recomienda, para continuar con la correcta hidratación de la planta, obtener arcilla expandida para poner en el platillo, necesario para continuar con la hidroterapia.
Ahora toma la maceta y vuelve a poner algo de tierra en ella. Inserta la orquídea y cubre todas las raíces con más tierra. Intenta mantener la planta erguida al trasplantarla para darle un aspecto más vigoroso. También sirve para permitir que la planta absorba agua desde sus raíces de la mejor manera.
