La calabaza de Siam, también conocida como Cucurbita ficifolia, es una variedad única de calabaza que puede parecerse a la sandía por su forma ovalada y su piel verde marmórea con blanco. Contrario a lo que su nombre sugiere, la calabaza de Siam no es originaria de Tailandia, sino de México. Ampliamente cultivada en Asia, llegó a Europa a principios del siglo XIX. Esta planta anual rastrera es fácil de cultivar y produce frutos que pueden conservarse hasta por dos años. Con sus características distintivas, la calabaza de Siam merece tu atención para enriquecer tu huerto.
Siembra de la Calabaza de Siam
Antes de plantar la calabaza de Siam, asegúrate de tener un lugar soleado en tu jardín. Analiza el suelo para verificar su riqueza en materia orgánica. Si es necesario, fertiliza esparciendo estiércol bien descompuesto o compost en la superficie. En primavera, trabaja el suelo para aflojarlo.
Para sembrar las semillas, llena macetas con una mezcla de tierra y arena, luego colócalas a la luz desde mediados de abril, protegidas del frío. Trasplanta los brotes más vigorosos hacia finales de mayo, después de la última helada. Puedes dejar que las ramas corran por el suelo o instalar un soporte robusto para que puedan trepar.
Cultivo y Mantenimiento
La calabaza de Siam es fácil de cultivar y solo requiere riegos regulares, especialmente en caso de sequía. Es resistente a las enfermedades y a las plagas, pero a veces puede ser susceptible al oidio. Trátala en primavera si es necesario.
Cosecha y Conservación
La cosecha se realiza a finales de octubre, antes de que aparezcan las primeras heladas. Los frutos maduros pueden consumirse de inmediato, pero aquellos que aún no están maduros pueden prepararse como los calabacines. Los frutos maduros e intactos pueden conservarse hasta por dos años en un lugar bien ventilado, luminoso y no demasiado frío.
Uso en la Cocina
La pulpa blanca de la calabaza de Siam se puede cocinar de muchas maneras. Los frutos maduros se pueden utilizar para hacer chucrut o un gratinado, o incluso una mermelada llamada “mermelada de cabellos de ángel” por la consistencia tierna y carnosa de la pulpa. Los frutos recolectados que aún no están maduros se pueden preparar de la misma manera que los calabacines.
En conclusión, la calabaza de Siam es una adición fascinante a cualquier huerto, que ofrece frutos deliciosos y facilidad de cultivo. Ya sea por su conservación prolongada, su versatilidad en la cocina o su aspecto único, esta cucurbitácea merece un lugar destacado en tu jardín.