El kale o col rizada es un superalimento con hojas verdes ricas en nutrientes, fácil de cultivar en el jardín. Apreciado por su resistencia al frío y su versatilidad en la cocina, el kale es un cultivo excelente para principiantes y expertos jardineros por igual. A continuación, se detalla cómo cultivar, cuidar, cosechar y conservar el kale.
Siembra y Plantación
Siembra:
La siembra de kale se puede realizar directamente en el jardín unas pocas semanas antes de la última helada prevista, o en interiores, aproximadamente 6 semanas antes de trasplantarlas afuera. Las semillas deben colocarse a una profundidad de aproximadamente 0,5 cm y espaciadas unos 7,5 a 10 cm entre sí. Si siembras en interiores, utiliza un sustrato de buena calidad y asegura una temperatura constante para la germinación.
Transplante:
Cuando las plántulas tengan al menos cuatro hojas verdaderas y haya pasado el riesgo de heladas, es el momento de trasladarlas al jardín. Aclimata las plantas al exterior gradualmente para evitar el shock del trasplante. El kale prospera tanto en pleno sol como en sombra parcial.
Ubicación y Suelo:
Elige un sitio con buena luz solar, aunque como se mencionó, el kale tolera sombra parcial. El suelo debe ser rico, bien drenado, con un pH de entre 6,0 y 7,0. Enmienda el suelo con compost o estiércol bien descompuesto antes de plantar para enriquecerlo con nutrientes.
Plantación:
Transplanta las plántulas al jardín dejando un espacio de 30 a 45 cm entre ellas para permitir un crecimiento adecuado.
Cuidado y Mantenimiento
Riego:
El kale necesita un suministro constante de agua para desarrollarse correctamente, manteniendo el suelo uniformemente húmedo pero no encharcado. El mulching puede ayudar a retener la humedad del suelo y controlar las malas hierbas.
Fertilización:
Aplica un fertilizante equilibrado al momento de plantar y considera un suplemento de nitrógeno a mitad de la temporada para promover un crecimiento saludable de las hojas.
Control de Plagas y Enfermedades:
El kale puede atraer plagas como pulgones y orugas. Inspecciona regularmente las plantas y utiliza métodos de control orgánico cuando sea posible. La rotación de cultivos y un buen drenaje pueden ayudar a prevenir enfermedades.
Cosecha y Conservación
Cosecha:
El kale puede cosecharse cortando las hojas exteriores cuando tengan un tamaño comestible, lo cual permite que la planta continúe produciendo nuevas hojas desde el centro. También puedes cosechar toda la planta si lo prefieres.
Conservación:
El kale se conserva bien en el refrigerador, donde puede durar hasta dos semanas. Para una conservación a largo plazo, el kale se puede blanquear y congelar. También es excelente para deshidratar o hacer chips de kale.
Consejos Adicionales:
- El kale es especialmente dulce después de la exposición a una helada ligera.
- Mantén el área alrededor de las plantas libre de malezas para minimizar la competencia por nutrientes y agua.
Cultivar kale en tu jardín no solo es una manera excelente de tener un suministro constante de este superalimento sino también de embellecer el espacio con sus atractivas hojas. Con un poco de cuidado y atención, podrás disfrutar de una cosecha abundante que enriquecerá tu dieta de manera saludable y deliciosa.