Las orquídeas a menudo se malinterpretan como parásitas debido a su naturaleza epífita, pero no son parásitos verdaderos. En realidad, son plantas aéreas que crecen en árboles o rocas, utilizando estos como estructura de soporte. Las orquídeas obtienen sus nutrientes del aire, del agua de lluvia y de la materia orgánica que se acumula alrededor de sus raíces.
Aunque las orquídeas en su hábitat natural pueden parecer que crecen sobre la superficie de otras plantas, no dañan a sus hospedantes. En cambio, forman una relación simbiótica en la que tanto la orquídea como la planta hospedante se benefician. La orquídea obtiene un anclaje estable y acceso a la luz, mientras que la planta hospedante no resulta dañada y a menudo se beneficia de una mejor aireación alrededor de sus raíces.
En cuanto a cultivar orquídeas en agua, aunque no es su entorno natural, es posible cultivar ciertos tipos de orquídeas en agua con el enfoque correcto. Aquí te explicamos cómo hacerlo:
- Selecciona Especies de Orquídeas Apropiadas: Elige especies de orquídeas que sean conocidas por tolerar o prosperar en la cultura del agua. Algunas orquídeas, como las Phalaenopsis y las Paphiopedilum, son más adecuadas para este método.
- Prepara un Sistema de Cultivo en Agua: Utiliza un recipiente transparente, como un jarrón o frasco de vidrio, lleno de agua de lluvia o agua destilada. El agua del grifo puede contener productos químicos que podrían dañar las raíces de las orquídeas. Asegúrate de que el recipiente tenga un buen drenaje o circulación de aire para evitar la acumulación de agua.
- Sumerge las Raíces de la Orquídea: Enjuaga suavemente las raíces de la orquídea para eliminar cualquier sustrato viejo. Luego, coloca la orquídea en el recipiente lleno de agua, asegurándote de que solo las raíces estén sumergidas mientras mantienes las hojas y pseudobulbos por encima del nivel del agua.
- Proporciona Luz y Temperatura Adecuadas: Coloca el recipiente en un lugar con luz brillante pero indirecta, ya que las orquídeas aún necesitan luz para la fotosíntesis. Mantén las temperaturas similares a su hábitat natural, típicamente entre 18 y 27°C.
- Vigila y Renueva el Agua: Revisa regularmente el nivel de agua y rellénalo según sea necesario para mantener las raíces sumergidas. Cada pocas semanas, cambia completamente el agua para evitar la acumulación de algas o bacterias.
- Fertiliza con Moderación: Las orquídeas cultivadas en agua pueden requerir una fertilización menos frecuente. Usa un fertilizante para orquídeas diluido formulado para la cultura en agua, aplicándolo a un cuarto o la mitad de su fuerza cada pocas semanas durante la temporada de crecimiento.
El cultivo de orquídeas en agua puede ser una experiencia divertida, pero es importante recordar que no todas las especies de orquídeas prosperarán en esta configuración. Esté preparado para ajustar su enfoque según las necesidades específicas de su orquídea y monitorear de cerca su salud.